Las tinieblas debieron asustar mucho a los hombres de la antigüedad. No es difícil pensar que la noche estaba llena de peligros reales e irreales. Con la luz, por el contrario, volvía la paz y era fácil extasiarse ante la contemplación de la naturaleza. La Biblia nos enseña que las apariciones de los ángeles, de los enviados de Dios, estaban rodeadas de una luz muy especial y que sus rostros y vestidos aparecían luminiscentes. La escena de la Transfiguración también nos aporta ese efecto lumínico de indudable importancia. Hay científicos que afirman que la luz será el próximo vehículo de comunicación en el espacio sustituyendo, por un lado, a la transmisión de ondas hertzianas propias de la radiofrecuencia y, por otro, al empuje de los motores de chorro. La luz como vehículo de comunicación y de tracción es algo, intelectualmente muy atractivo, aunque no tenga –por ahora– confirmación científica. (more…)