Domingo de la Epifanía del Señor Ciclo C 2019

Es el nombre que le dieron las iglesias orientales desde el principio. Si la Navidad, fiesta de origen latino, alude al nacimiento: “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”, Epifanía significa manifestación y sugiere la idea de alumbramiento o de dar a luz: “y hemos visto su gloria, gloria propia del Hijo del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Por consiguiente, la metáfora bíblica de esta fiesta es la luz: “la gloria del Señor que amanece sobre Jerusalén”, “la revelación del misterio escondido”, la estrella de los magos que vienen de oriente… Debemos esforzarnos para rescatar el auténtico significado de la fiesta que celebramos. Como tantas otras, y quizás más que ninguna esta fiesta, llamada vulgarmente día de Reyes ha sido mercantilizada y degradada.

No hay acepción de personas. Pero los primeros en recibirlo van a ser los pobres, los pastores, para que se vea que “los pobres son evangelizados”, como había dicho el profeta Isaías. Y, después, llegarán los magos guiados por una estrella y buscando su significado La estrella que nos conduce a todos, debe ser la que nos saca de casa, del acomodo en bienes y opiniones, de las certezas humanas, de la pretensión de poseer la verdad. Herodes interroga a los magos y termina persiguiendo a los niños inocentes. Los que se creen en posesión de la verdad lo único que hacen es enseñar “sus verdades” despóticamente al pueblo. Los magos no fueron a Belén cargados de razón, sino preocupados y encaminados por una pregunta. Se acercaron al pesebre de Belén para contemplar la verdad hecha carne.
En un día de ilusión para los niños y de regalos para todos debemos hacernos esta pregunta. Dios acepta nuestra debilidad, lo que somos, nuestro pecado y nuestras fragilidades, para rehabilitarnos y hacernos plenamente felices. Quiere que descarguemos ante él las pesadas cargas que nos impiden ser nosotros mismos. Alguien me contó un cuento de Navidad que leyó en alguna parte. Lo contaré a continuación porque realiza un hermoso viaje al corazón de Jesús Niño. Por José María Martín OSA. Betania. Es.
P. Diego Ospina